¿Cómo funciona un cajero automático o ATM?

¿Qué es y cómo funciona un ATM?

Los cajeros automáticos o ATM (Automated Teller Machine) son máquinas dispensadoras de dinero activadas mediante una tarjeta y una clave secreta personal, que identifica al usuario. Es un servicio que ofrece la banca para realizar operaciones y transacciones consideradas de mayor frecuencia, entre las que destaca el retiro de dinero en efectivo. No obstante, en los cajeros automáticos también se pueden realizar otras operaciones, como consulta de saldos y transacciones, las 24 horas del día. Además, cuentan con mecanismos de seguridad, para permitir que solo quien disponga de dicha tarjeta pueda realizar operaciones.

El primer ATM del mundo fue producido por la firma NCR e instalado en Londres el 27 de junio de 1967, por Barclays Bank. Desde entonces, han seguido ofreciendo un funcionamiento sencillo, con una pantalla que informa cada paso del proceso:

• Paso 1: insertar la tarjeta.

• Paso 2: introducir el PIN.

• Paso 3: seleccionar el tipo de transacción.

• Paso 4: seleccionar la cantidad.

• Paso 5: confirmar la transacción.

• Paso 6: retirar el dinero y recoger el recibo.

Proceso de transacción en un ATM

Por sencillo que parezca el proceso anterior, al usar un cajero electrónico se desata toda una reacción tecnológica en cadena. Cuando se solicita realizar una retirada de efectivo tras introducir la tarjeta bancaria y completar el proceso de autenticación de la tarjeta en el cajero automático mediante un PIN, el cajero nos pide que introduzcamos una cantidad exacta para, en consecuencia, contar y darte el dinero rápidamente. Este proceso de transacción en un ATM sucede gracias a una precisa combinación de componentes que, en siete pasos, resuelven el proceso para emitir los billetes. Estos siete pasos son los siguientes:

1. Tecleamos la cantidad deseada (en ocasiones incluso eligiendo la combinación de billetes).

2. El cajero comprueba la disponibilidad de saldo y, en caso de haber disponibilidad, se da la autorización.

3. Diferentes bandejas con los billetes ponen a disposición del mecanismo el dinero.

4. Un complejo engranaje coge uno a uno los billetes deseados.

5. Un sensor óptico comprueba la cantidad y la veracidad de los billetes.

6. Una ranura o un compartimento se abre y nos entrega el efectivo solicitado.

7. Nos ofrece la opción de imprimir un comprobante y, tras la respuesta, se cierra el proceso y se desconecta la sesión.

Historia y evolución de los ATM

Desde su invención en 1967, los cajeros automáticos se han desarrollado en línea con la nueva tecnología en la industria de los medios de pago. Hoy, vemos que la tecnología de los cajeros automáticos impulsa la experiencia bancaria sin necesidad de sucursales, con cajeros que cuentan con el sistema de vídeo, retirada de efectivo sin tarjeta o contactless y oferta de múltiples servicios y operaciones. Y todo ello dentro de una máquina que con el tiempo ha ido adaptándose a las necesidades del usuario.

Gracias a la constante inversión realizada por las distintas Entidades de Intermediación Financiera (EIF) para fortalecer la calidad de servicio que brindan a sus clientes, hemos sido testigos de la evolución tecnológica de los cajeros automáticos, que han ido aumentando su presencia en diversas localidades a nivel nacional y han ampliado la gama de facilidades que ofrecen.

En los últimos años, los bancos múltiples se han preocupado por ampliar las facilidades que ofrecen los cajeros automáticos. Así se reducen los tiempos de espera en las sucursales bancarias, los gastos de transporte de los clientes y se garantiza un mayor acceso a los servicios bancarios independientemente del horario de oficinas y sucursales.

Entre los avances de los cajeros automáticos que demuestran su evolución tecnológica y una mayor inclusión financiera para todos los usuarios destacan:

• Permitir depósitos en efectivo a una cuenta propia o de terceros

• Realizar el pago de servicios básicos y de las tarjetas de crédito

• Comprobar movimientos de la cuenta y la transferencia de fondos 

• Retirar dinero sin poseer una tarjeta bancaria, a través del número telefónico y un código de transacción recibido a través de las funciones de banca online

• Efectuar operaciones en los cajeros con una tarjeta de otro banco, sin cargos ni comisiones adicionales

Importancia y ubicuidad de los cajeros automáticos (ATM)

El cajero automático tiene un papel fundamental en la revolución por la inclusión financiera. Los cajeros automáticos interactivos, multicanal y que aceptan depósitos promueven la cultura financiera y, al mismo tiempo, permiten la recirculación del efectivo de manera fiable, rápida, segura y económica en los mercados locales. Esto permite que comercios, agentes y personas sin servicios bancarios accedan a servicios financieros formales, reduciendo de ese modo la pobreza mundial.

Las organizaciones humanitarias, los bancos centrales y las instituciones financieras comerciales deben aunar esfuerzos para defender la diversidad y la posibilidad de elegir cuando los cajeros automáticos coexisten con otras formas de pago digital, para garantizar su ubicuidad y acercar los servicios bancarios a todos los usuarios.

Usos y beneficios de los cajeros automáticos

El cajero automático facilita el uso de los servicios financieros, con cada vez más operaciones que pueden hacerse a través de ellos. La interacción del sistema financiero con sus consumidores ha experimentado grandes cambios con el paso de los años. Gracias a los avances tecnológicos, es posible hacer hoy múltiples operaciones sin necesidad de acudir a las oficinas bancarias. Entre estos avances, se encuentra el cajero automático, que es uno de los canales que más facilitan el uso de los servicios financieros. 

El cajero automático es un dispositivo electrónico que permite realizar operaciones bancarias de manera más práctica y segura. A continuación, encontrarás una lista de los usos que se le pueden dar a los cajeros automáticos para realizar operaciones bancarias: 

• Depósito de efectivo en cuentas bancarias: se pueden efectuar depósitos en cuentas propias y de otros beneficiarios.

• Retiros de efectivo de cuentas bancarias: se puede acceder de inmediato al dinero que tengas depositado en tu cuenta con el uso de una tarjeta bancaria o un código que se puede recibir por mensaje de texto en el móvil.

• Avances con tarjeta de crédito: se puede retirar dinero en efectivo utilizando la tarjeta de crédito.

• Asignación y cambio en las contraseñas: para crear o cambiar la contraseña o el pin de seguridad de tu tarjeta de manera rápida y sencilla.

• Consulta de saldo: se puede verificar el saldo de una cuenta o cuentas asociadas a la tarjeta. 

• Recargas de tarjetas telefónicas: en algunos cajeros automáticos, es posible recargar los servicios de prepago de la mayoría de los operadores de telefonía móvil. 

• Pago de recibos de servicios públicos y privados: por ejemplo, facturas de servicios públicos, créditos, tarjetas de crédito en efectivo, consignaciones en cuentas de ahorro o corriente, entre otros. 

Por otro lado, caben destacar los beneficios de los cajeros automáticos, que permiten:

• Ahorrar tiempo sin tener que acudir a la sucursal de un banco.

• Realizar consultas de tu saldo o transacciones todos los días, las 24 horas del día.

• Realizar pagos de servicios.

• Realizar depósitos y retiros.

• Hacer transacciones rápidas, seguras y confiables.

Recomendaciones de seguridad en el uso de los cajeros automáticos

Al hacer uso de un cajero automático o ATM, recomendamos tomar las siguientes precauciones:

• Verificar que no haya ningún material extraño pegado en la ranura donde se inserta la tarjeta.

• Memorizar la clave secreta o PIN.

• Cambiar la clave de la tarjeta periódicamente, por lo menos una vez al mes.

• Introducir la clave personal con precaución y tapando el teclado para evitar que pueda ser vista por otras personas.

• No aceptar la colaboración de extraños en el momento de usar el cajero automático.

• En caso de tener que finalizar la operación en el cajero automático antes de finalizar la transacción, anularla usando la tecla “Cancelar”.

• Destruir los comprobantes de las operaciones antes de tirarlos a la basura o conservarlos en un lugar seguro.

• Ante cualquier eventualidad con el cajero automático o la tarjeta, ponte en inmediato en contacto con la entidad financiera.

Problemas comunes y soluciones para los problemas en los cajeros automáticos

Si se usan correctamente y se siguen las medidas de seguridad anteriores, no tendría por qué haber ningún contratiempo en el uso de los cajeros automáticos. No obstante, existen ciertos problemas comunes en los cajeros automáticos que están fuera de nuestro control. A continuación, te los presentamos con sus posibles soluciones 

1. El cajero se queda la tarjeta

Por lo general, un cajero retiene la tarjeta si se introduce tres veces un PIN incorrecto, o si hay alguna anomalía u orden para retenerla. Pero también, por algún error. Si el cajero automático se traga nuestra tarjeta, habrá que ponerse en contacto con el centro de atención al cliente del banco, el que aparece en el cajero o el de la red.

2. No se obtiene el dinero solicitado o es falso

En ocasiones, pese a que la operación se haya realizado de forma satisfactoria, puede que el cajero no nos ofrezca la cantidad indicada. En este caso, tendremos que llamar de nuevo al teléfono de atención al cliente para que comprueben los movimientos del cajero en el momento que nos ocurre el problema. Si la cantidad que no han proporcionado es menor a la solicitada, tendremos que acudir a la oficina a que nos den la parte que nos falta; y, si la cantidad es superior tendremos que devolver la parte excedente.

3. El dinero que se obtiene es falso

Es extraño que esto ocurra, ya que, por regulación todos los billetes han de haber pasado por el cajero del Banco de España. Pero, si ocurriese que el cajero automático nos da algún billete falso, el banco tendrá que incautárnoslos y remitirlo al Banco de España.

4. Cobro de comisiones erróneas

Por lo general, las entidades cobran comisiones bancarias por sacar dinero en los cajeros automáticos. Si el cajero pertenece a la entidad emisora de la tarjeta, nos indicará el importe exacto de la comisión y los gastos. Si no, nos informará de la comisión máxima que podría cobrar la entidad emisora de la tarjeta. Si no estamos de acuerdo con la comisión, siempre podemos cancelar la operación.

5. No se obtiene recibo

En ocasiones, no se obtiene recibo por una incidencia de falta de papel para imprimir y el cajero ofrece la posibilidad de verlo en pantalla. Siempre podemos solicitar ese recibo cuando lo necesitemos en la sucursal bancaria.

6. El cajero está fuera de servicio

Esta es la incidencia que más se repite. Es posible que el cajero automático al que se acudamos se encuentre «temporalmente fuera de servicio» o inoperativo. En estos casos, lo normal es que el banco ofrezca la dirección del cajero más próximo. También es habitual que al intentar operar en un cajero no puedan realizarse ciertas operaciones. En tal caso, tendremos que acudir a otro o esperar que la incidencia se resuelva.

El futuro de los cajeros automáticos

Con el auge de la banca online y el uso de los móviles para realizar pagos sin contacto, hoy en día se plantea una pregunta importante: ¿Hay un futuro para los cajeros automáticos? 

Para garantizar la evolución tecnológica de los cajeros automáticos y satisfacer la demanda de las nuevas tecnologías de pago, primero hay que cambiar la mentalidad del usuario cotidiano. Un cajero automático no se trata solo de sacar dinero en efectivo, consultas bancarias o cambios de PIN. Ahora pueden realizar múltiples servicios y, en muchos casos, se han adaptado a las nuevas necesidades y requisitos de pago que el público ha ido demandando. Esto es algo de lo que no muchos usuarios están enterados y es algo que debería cambiar. 

Además, algunos de los fabricantes principales de cajeros automáticos, como Diebold Nixdorf y NCR, están reinventando el diseño de los cajeros automáticos para mejorarlos con vistas al futuro, con propuestas que se alejan de la conocida caja de metal y se inclinan más hacia la funcionalidad de un teléfono inteligente. Aun así, no se perderá la familiaridad del cajero habitual. 

En los últimos años, los cajeros automáticos han tenido que volverse más funcionales, especialmente con la reducción de las sucursales bancarias y la disminución de su red de cajeros automáticos, sobre todo en Europa. Es en este momento en el que el cajero automático debe reinventarse para funcionar no solo como un dispensador de efectivo, sino que también debe ofrecer capacidad de depósito, aceptación de cheques, pago de facturas, dispensación de tickets, recarga de tarjetas electrónicas, etc.

Al mismo tiempo que se ha vuelto más frecuente y popular la posibilidad de sacar dinero en efectivo sin introducir la tarjeta sin contacto, los cajeros automáticos han aumentado sus potencialidades, pudiendo leer códigos de barras, códigos QR y códigos numéricos para facilitar las modalidades de retirada de dinero en efectivo. Esto permite disponer de efectivo en caso de emergencia, especialmente si los pagos con tarjeta no están disponibles en ese momento. Por lo tanto, estos nuevos desarrollos de cajeros automáticos fomentan el acceso al efectivo a través de múltiples medios. 

Todos estos avances muestran un futuro para los cajeros automáticos, que pasarán a convertirse en máquinas multifuncionales que complementarán las tecnologías de pago y solucionará las necesidades de la nueva era de pagos digitales. 

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