Consejos de ahorro y estrategias para estirar tu dinero viviendo en el extranjero

El ahorro financiero no es fácil y gestionar la economía personal o familiar viviendo en el extranjero puede parecerte muy complicado. Al final del mes intentas hacer un recuento

de lo gastado y no sabes en que se ha ido el dinero de la mensualidad. Si esta situación te es familiar y te agobia, sigue leyendo. 

La clave para conseguir estirar tu dinero es conocer en qué se gasta y para lograrlo debes contar con una planificación financiera que te permita ahorrar.

Una vez sepas cuales son tus gastos podrás acomodarlos a tus ingresos y atenerte a un presupuesto real que posibilite un estilo de vida en el que puedas economizar, pagar tus deudas y trazar una estrategia de ahorro a largo plazo.

Desde WorldRemit, queremos ayudarte a lograrlo con los consejos que te damos en este artículo. En nuestro blog encontrarás contenidos muy didácticos y útiles sobre educación financiera, entre otras muchas temáticas de tu interés.

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Equipo Editorial de WorldRemit

Tiempo de lectura: 8 minutosAl día

Importancia de la planificación financiera y el ahorro

La planificación financiera personal es fundamental para lograr una estabilidad económica. Es necesario tener claros los objetivos y priorizar los gastos en función de éstos. Realizar una planificación financiera significa tomar el control del dinero. Algo que, a priori, puede parecer un sinsentido, pues es tu dinero y eres tú quien lo maneja. 

Pero, ¿es realmente así? Son muchas las ocasiones en las que, en el día a día, surgen situaciones imprevistas en las que no nos paramos a pensar y nos dejamos llevar actuando de manera compulsiva, sin saber realmente si podemos o no asumir el gasto que conlleva: una salida no prevista, algo que realmente no necesitamos y compramos con la excusa de que está muy bien de precio, …

Planificar tu situación financiera te permitirá conocer cuáles son tus ingresos y en que lo estás gastando. Solo de esta manera podrás establecer una partida destinada al ahorro. 

El primer paso es, por tanto, dejar de procrastinar y sentarte ante una hoja de papel en blanco.

Evaluar tus Gastos Actuales

Comienza por registrar todos los gastos para poder establecer dónde va a parar el dinero que tanto te cuesta ganar. Conocer el patrón de gasto es la llave para poder recortar gastos. 

Anota todos los gastos diarios que realizas, por nimios que te parezcan. Dicho de otro modo, registra la compra de revistas, los cafés que tomas, la compra en comercios, el carburante para el vehículo, las propinas que dejas… Por supuesto, incluye las facturas mensuales periódicas. 

Idealmente, deberías llevar este registro de gastos durante un mes entero para poder crear un presupuesto lo más realista posible.

Establecer objetivos de ahorro

Como hemos comentado, una partida destinada al ahorro es parte de una buena planificación financiera. Evidentemente, hay que establecerla de forma proporcional a los ingresos, sin producir desequilibrios ni eliminar totalmente áreas de la vida personal como el ocio.

Se trata de tener claras las metas de ahorro y que éstas sean alcanzables, tanto el ahorro a corto plazo (unas vacaciones, el pago de una matrícula, construir un fondo de emergencia, cambiar el automóvil, …) como el ahorro a largo plazo (comprar una vivienda, para la jubilación, …). De este modo, puedes calcular la cantidad necesaria y el tiempo que te tomará ahorrarla.

Crear un presupuesto detallado

Ahora es el momento de elaborar un presupuesto detallado que incluya todos los ingresos y gastos. 

Divide los gastos por categorías. Puedes hacerlo en un cuaderno, en una agenda de gastos o utilizar una aplicación de administración de gastos. En cualquier caso, siempre debe ser un presupuesto personal que contemple tus partidas de gastos reales, sin olvidar nada.

Las partidas de gastos más comunes son:

  • Alquiler o hipoteca

  • Gastos de casa necesarios (Alimentación, limpieza del hogar, aseo personal, …)

  • Educación

  • Transportes

  • Ropa y accesorios

  • Seguros (Vehículo, médico, del hogar, …)

  • Ocio

  • Gastos diversos (Imprevistos, mantenimiento y reparaciones, …)

  • Ahorro

Al cumplimentar todos los apartados, sabrás cuáles son los gastos en comparación con los ingresos y podrás aplicar las medidas de ajuste necesarias para no gastar de más y mantenerte dentro del presupuesto.

Es esencial revisar el presupuesto cada cierto tiempo y adecuarlo a nuevas circunstancias como el cambio en algunas partidas, el aumento de los ingresos o la consecución de una meta de ahorro y el establecimiento de una nueva.

Existen estrategias de ahorro para lograr cumplir las metas que te has propuesto. Te explicamos dos de los más populares:

  • Regla del 50-30-20. Se trata de emplear los ingresos mensuales según estos porcentajes:

    • 50% a necesidades primarias (alimentación, servicios, …) y obligaciones ineludibles (hipoteca, alquiler, colegios, …).

    • 30% a gastos no obligatorios como el ocio.

    • 20% al ahorro.

  • Método Kabebo. Literalmente significa «Libro de cuentas para la economía doméstica». Cada principio de mes anotas: el monto que se ingresa en tu cuenta, los gastos fijos (alquiler, hipoteca, servicios, suscripciones, transporte, …) y la cantidad destinada al ahorro. Haces la resta y obtienes la cantidad que queda para gastos opcionales. Puedes categorizar los gastos según prefieras. Por ejemplo, destinar también una cantidad para gastos inusuales o urgentes.

Minimizar gastos innecesarios

Ahora que ya sabes en qué gastas el dinero y si te llega o no con tus ingresos, es el momento de revisar y minimizar gastos que no sean necesarios. 

Aquí hay que ser especialmente meticulosos, pues muchas veces solo reparamos en aquellos gastos excesivos que saltan a la vista. Pero, ¿qué sucede con esos gastos pequeñitos que se nos cuelan de forma cotidiana y a los que no solemos hacer caso por su pequeño importe? Son los gastos hormiga, y hay que prestarles mucha atención pues, al igual que los pequeños insectos de los que toman nombre, acaban apareciendo por todas partes e invadiendo, en este caso, tu control de gastos. Te aseguramos que la cantidad al total del año llega a ser considerable.

Hablamos de gastos innecesarios para referirnos a aquellos que no hacen falta sí o sí. Algunos ejemplos son las suscripciones a revistas o plataformas de streaming, la cuota del gimnasio al que muchas veces no vamos, los cafés que tomamos fuera de casa, las golosinas o snacks que incluimos en la compra del supermercado… No se trata de eliminarlos por completo, sino de reducirlos y ajustarlos a tu presupuesto de manera que no sean un obstáculo para cubrir los gastos necesarios y poder ahorrar.

Compras inteligentes y comparativas

Una buena manera para obtener el mejor beneficio de tu dinero es realizar compras inteligentes. Te damos algunos consejos:

  • Planifica las compras con antelación y sal de casa con la lista hecha. 

  • Utiliza comparativas de precios para decidir en qué establecimientos te conviene más realizar tus compras.

  • Nunca vayas con hambre o con prisas al supermercado. Te dejarás llevar por los caprichos o cogerás lo primero que veas.

  • Cuando se trata de algo no habitual estudia diversas opciones. Utiliza los medios digitales para ver en qué establecimientos está disponible, compara los precios y lee las opiniones de otros usuarios.

  • Evita las compras impulsivas. Antes de comprar, consulta con la almohada. Las ofertas atractivas y las estrategias comerciales pueden hacerte caer en gastos de los que luego te arrepientas.

  • Realiza compras conscientes. No te dejes llevar por las emociones o el impulso del momento. Si estás triste, enojado o eufórico, no vayas de compras, mejor sal a dar un paseo o llama a un amigo. Reflexiona siempre antes de comprar.

Reducción de gastos fijos

Los gastos fijos son, por definición, inevitables. Sin embargo, podemos buscar formas de minimizarlos y conseguir una reducción de gastos. 

Si vives de alquiler, intenta negociar el precio de la renovación. Puedes ofrecer al casero asumir los gastos de comunidad o de algún impuesto a cambio de no subir el precio. Si llevas tiempo y no has dado problemas, es más probable que lo consigas. En todo caso, antes de hablar con el propietario infórmate del precio de alquiler de pisos similares y ten en cuenta la demanda de habitabilidad de la zona. 

Si estás pagando una hipoteca, puedes consultar la novación del contrato con el banco y mejorar las condiciones. Al igual que con el alquiler, asesórate bien antes de tomar una decisión.

Respecto a los servicios básicos de electricidad, agua, gas, telefonía o internet, compara tarifas a igualdad de servicio y revisa las condiciones de estos contratos. En ocasiones, un cambio de tarifa con la misma compañía, una reducción de potencia eléctrica o la supresión de servicios añadidos que no suelen utilizarse, es suficiente para bajar el importe que pagas en cada factura. 

Estudia también tus hábitos de consumo: ¿dejas las luces encendidas o los cargadores conectados permanentemente? ¿Utilizas el horno o la lavadora en las horas en que está más cara la electricidad? Pequeños gestos como cerrar bien los grifos y hacer un uso responsable de los servicios supone un gran ahorro a largo plazo.

Ahorro en alimentación y estilo de vida

Al igual que con los servicios, optar por un estilo de vida económico no tiene porqué suponer una menor calidad de vida. Es cuestión de optar por soluciones más económicas que, en el caso de la alimentación, también son mejores para la salud. Te damos algunos consejos:

  • Planifica los menús semanalmente. Tanto si vives solo o en familia, esta medida permite realizar la compra de forma lógica según lo que se necesite.

  • Revisa el frigorífico y la despensa antes de ir a comprar. Así sabes lo que tienes y evitas compras repetidas.

  • Prioriza los alimentos frescos y de temporada. Evita precocinados y comida hecha. A más ingredientes, más precio y peor para la salud. Opta por recetas sencillas y rápidas como ensaladas y alimentos a la plancha cuando no tengas tiempo.

  • Cuando cocines un guiso más elaborado, prepara más cantidad y congela varias raciones. Una vez ante los fogones, optimiza el uso del gas o la electricidad y aprovéchalo al máximo. Etiqueta cada recipiente o táper con el nombre del contenido. 

  • Evita comer fuera frecuentemente. Mejor llévate una fiambrera al trabajo. 

Respecto al estilo de vida, economizar no significa renunciar a lo que te gusta. En el apartado de gastos innecesarios te hemos dado un apunte: revisa las suscripciones a plataformas, publicaciones o aplicaciones de pago. Quédate con aquello que realmente uses de forma frecuente y estudia las opciones más económicas. 

Repasa las comisiones anuales y de renovación de las tarjetas de crédito. Evalúa tus circunstancias y necesidades y valora si te conviene más tener una tarjeta de crédito o de débito.

Aprovechar recursos gratuitos y comunitarios

Aprovechar los recursos comunitarios es una gran forma de ahorrar y evitar gastos innecesarios. Las bibliotecas y parques son dos buenos ejemplos de recursos gratuitos para divertirse sin gastar. Hazte socio de la red de bibliotecas de tu ciudad para disponer de libros y revistas de manera gratuita. Muchas de ellas organizan eventos culturales y actividades recreativas gratuitas o a un coste muy módico. Si estás estudiando o tienes hijos en edad escolar, las bibliotecas son un excelente recurso también para ellos. 

Puedes acudir a los parques a ejercitarte y hacer ejercicio al aire libre en lugar de acudir a un gimnasio. Junto a tu familia o amigos puedes organizar un picnic, divertirte con tus hijos y pasar muy buenos ratos. La mayoría disponen de áreas de entretenimiento infantil, zonas de césped para descansar al sol e instalaciones deportivas como canastas o mesas de ping pong. 

Implícate en la vida del barrio y descubre todo lo que organizan las asociaciones vecinales, como comidas y cenas populares durante las fiestas de la localidad, proyecciones de películas en locales sociales, talleres dirigidos a niños y adultos o salidas y excursiones. Algunas comunidades son muy activas y te sorprenderán gratamente.

Reducción de deudas y ahorro a largo plazo

Reducir las deudas es fundamental para que tu situación financiera mejore. Los intereses que se generan pueden acumularse rápidamente si no realizas un buen manejo de tus deudas. 

Tras realizar la planificación financiera y reducir tus gastos en lo posible, es necesario trazar un plan de pago de deudas. Te proporcionamos algunas ideas:

  • Prioriza las deudas con los intereses más altos y págalas primero para evitar pagar más en intereses con el tiempo.

  • Destina cada mes una partida para el pago de las deudas con el fin de reducir el saldo principal y los intereses generados.

  • Evita adquirir nuevas deudas. Vigila los gastos de consumo y los pagos a crédito.

  • Considera consolidar tus deudas en un préstamo a una tasa de interés menor.


Cuando hayas reducido o pagado tus deudas, piensa en asegurar tu situación financiera de cara a objetivos futuros. Tras constituir tu fondo de emergencia, puedes invertir en un plan de ahorro a largo plazo de cara a tu jubilación.

La planificación y el ahorro financiero requieren compromiso y perseverancia para lograr tus objetivos y gozar de una vida financiera estable que te aporte tranquilidad y seguridad. Nunca es tarde para empezar, establece tus metas y aplica las estrategias de ahorro a tu situación específica, ajustándolas según vayan cambiando las circunstancias para lograr maximizar la capacidad de estirar tu dinero.

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Equipo Editorial de WorldRemit

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