Soy inmigrante. Es algo de lo que estoy orgulloso. Salí de Somalilandia para estudiar en el extranjero durante la guerra que destruyó mi ciudad natal, Hargeisa. Fue el primer paso para construir un futuro para mí y mi familia, y una empresa que respalda a cientos de millones de migrantes en todo el mundo. Mi historia dista mucho de ser única, y desde luego no es nueva.
Como muchos otros inmigrantes, también soy empresario. Creo que no es coincidencia que un estado como Nueva York, donde prácticamente uno de cada cuatro personas son migrantes, sea también un centro de creatividad e innovación.. La migración y la convergencia de personas de diferentes culturas y perspectivas dan pie a la creatividad y la innovación, beneficiando no sólo a los países a los que se trasladan los migrantes, sino también al resto del mundo.
Se ha discutido mucho sobre la contribución que hacen los inmigrantes a los Estados Unidos, sin embargo, el impacto de su duro trabajo se extiende mucho más allá de las fronteras del país. Justo cuando comenzaba el Mes de la Herencia Inmigrante en los Estados Unidos, obtuvimos nuestra última licencia estatal, lo que significa que los clientes ahora pueden enviar dinero desde todos los estados. Por lo tanto, nos pareció oportuno celebrar esto junto con la contribución que los inmigrantes hacen tanto a los Estados Unidos como a las comunidades que han dejado atrás. Al poner el foco en las historias de un puñado de neoyorquinos que están haciendo uso de sus habilidades para ayudar a los demás, esperamos que sus palabras hablen por los millones de personas de todo Estados Unidos que están marcando la diferencia en este país y en el extranjero.